2018 un año muy especial en nuestra dansa, porque bailó mi primera alumna en puntas, otras tres adquirieron su primera zapatilla de punta, otras seis empezaron a estudiar el primero año académico de formación profesional.
Un año de avanzos muy significativos, porque en la danza se avanza a diario, pero es en estes cambios académicos que se demuestran integralmente cuanto avanzamos.La danza es maravilhosa, necesita entrega, amor, autodisciplina y sensibilidade. Fue un año de intercambios artísticos y académicos, de ousadia, determinación y grandes conquistas.
Tuvimos la master class de invierno con Leticia Silva (bailarina de Acosta Danza), gracias a Carlos Acosta y al ministerio de cultura de Cuba que nos permitió la materialización del intercambio. También tuvimos nuestro habitual espetáculo en la residencia de ancianos de Pedreguer, luego el espetáculo de verano en el Espai Cultural. El espetáculo de navidad fue súper especial porque Leticia Silva volvió aposta para bailar con nosotras y inspiró a todas con su talento y profesionalidad.
Es muy importante compartir escenario con artistas más experientes, es un paso más en la formación de un bailarín. La experiencia escénica es la riqueza para un artista de la danza, siempre aprendemos algo nuevo en cada escenario y siempre compartimos algo importante con los compañeros de elenco.
2018 también nos trajo al profesor de Anatomía y kinesiología del Instituto Superior de Arte de Cuba, Ernesto Molina, que realizó una conferencia increíble acerca del entrenamiento de un bailarín.
En octubre estuve en Londres donde pude ver el English National Ballet en el teatro Sandler’s Wells y Acosta Danza en El Royal Albert Hall. Fue un viaje de gran aprendizaje, encuentros y reencuentros. Allí vi a mi querida alumna Abigail que llegó para estudiar su carrera superior y a Caroline mi amiga bailarina canadiense que estudió conmigo en Cuba.
También en octubre estuvimos pintando los dibujos que harán parte del libro de la escritora Paquibel Server que es fuente de inspiración del libreto de nuestro primero ballet original.
En diciembre estuvimos con algunas alumnas y familiares en las funciones del ballet de Moscú de El Lago de los Cisnes y de El cascanueces. Es siempre un placer conocer artistas de otras latitudes y vislumbrar diferentes interpretaciones y coreografías de los grandes clásicos.
También en diciembre cuatro de mis alumnas participaron de su primero concurso internacional de danza. Los concursos son espacios para compartir, aprender, ubicarnos y disfrutar. Fue una experiencia muy enriquecedora que nos fortaleció tanto individualmente, cómo cuanto grupo.
¿Que dicer de 2018? Fue un año de mucho trabajo, muy importante, que marcó para siempre la historia de nuestra Escola de Dansa. Muchísimas gracias a tod@s que contribuyeron con nuestras conquistas, la gratitud es inmensa! ¡Vamos por más!